Joven que mató a su abuela necesitaba ayuda urgente

sábado, 20 de noviembre de 2010.

El cuadro de Luis Burgos Rivera, un joven adolescente que mató a su abuelastra, “desertó” la escuela y sufrió una pérdida afectiva, lleva a concluir a expertos de la conducta humana que había suficientes indicadores para determinar que el jovencito, que será acusado como un adulto, necesitaba ayuda urgente.

“Hay que ver qué tipo de relación tenía con la víctima. La señora no era su abuela. Era su abuelastra y habría que ver si tenía coraje acumulado”, dijo el psicólogo Carlos Sosa antes de que el asesino verbalizara estar arrepentido de matar “a mi abuela”.

“Este caso es una muestra clara de que cuando hay indicadores de algún problema de tipo emocional, se debe buscar ayuda porque lamentablemente si no se provee esa ayuda puede ocurrir lo que sucedió”, dijo el experto.

Sosa observó que estos incidentes en que la constante es que no se busca ayuda, se repiten cada vez más.

“Es importante que el Estado provea los recursos adecuados para bregar con la salud mental que afecta a amplios sectores de la población”, dijo.

¿Cuáles son los indicadores?

Cuando los adolescentes tienen coraje, son crueles unos con otros. A veces no se les da atención adecuada y el niño va acumulándolo.

La psicóloga Lissette Morales coincidió en que hubo unos factores emocionales que no se trabajaron previamente como fue la pérdida de un hermano, que no se sabe en qué circunstancias lo mataron.

“Es obvio que no veía a la abuelastra con lazos afectivos porque logró distanciarse por completo de lo que implica hacerle daño a una persona a quien uno le tiene afecto”, señaló.

“El que sea desertor escolar indica que había otras circunstancias emocionales que no se trabajaron previamente. La apatía hacia la escuela es el primer indicador de que algo anda mal. Así que, lamentablemente, esto ha sido un aumento en la intensidad de la demostración de los problemas emocionales de ese adolescente”, mantuvo.

Es una lástima, dijo, que no aprovecharon para buscar una intervención familiar en ese momento.

“Es que tenían que buscarle la ayuda cuando desistió de dejar la escuela. Si es un menor de edad, los papás no pueden permitir que el menor decida”, insistió.

El psicólogo Luis Caraballo comentó que la adolescencia, alrededor de esa edad, se caracteriza por ser bien impulsivos.

A eso se añade que en jóvenes adolescentes, la depresión se caracteriza por agresividad, actos de coraje y poca tolerancia al estrés.

“Si uno mezcla todas estas cosas y si hubo un detonante, algo que haya pasado que la abuela haya frustrado, puede que se vaya en un episodio de coraje, de ceguera y pudiera haber actuado bajo esas circunstancias”, ilustró.

Lo otro, agregó, puede ser congruente con una persona que estuviera bajo la influencia de drogas, y en medio, el detonante de que estuviera pidiendo dinero y haya sufrido coraje, y con esa impulsividad la haya agredido.